«Leer, leer, leer y volver a leer»

Hace poco leí (bueno papá leyó) una noticia en la que decía que ha bajado el número de jóvenes que lee. Esto me entristeció mucho y no entendí el porqué.

He de confesaros que soy un adicto a la lectura. Si si, como lo oís, un adicto (aclaración: soy un adicto a que me lean). Me encanta que papá y mamá me lean cuentos. Como sabéis tengo dos años y medio y, obviamente aún no se leer (pero estoy en ello), y son mis papás los que me leen. He de decir que lo hacen con mucho gusto, y disfrutan viendo mi cara de atención y de «embobamiento permanente», cada vez que me leen.

Yo no soy ningún personaje famoso, ni mediático, ni importante (excepto para papá y mamá), ni quiero serlo, así que os hablaré de mi experiencia lectora.

Con dos añitos papá y mamá me hicieron el carné de la biblioteca, y desde que tengo uso de razón, recuerdo que mis dos primeros regalos fueron dos libros: «Adivina cuanto te quiero», y «la oruga glotona». Se que son libros que apenas tienen palabras, que casi todo son dibujos, pero ahí es donde está lo bueno. Ahí es cuando puedes imaginar, y puedes hacer que un cuento que tenga 6 hojas y apenas palabras, sea una aventura emocionante, al menos para mí.

Seguro que pensaréis algo como esto: «¿Qué tiene de emocionante una «oruga glotona»? o ¿Hay que adivinar cuanto se quiere a alguien?.

A la primera pregunta os diré que para mí es emocionante saber que en las hojas de los árboles hay huevecitos de orugas, que la luna y el sol les observan con mucha atención desde el cielo, que una oruga tan pequeña pueda comer tanta cosa, y que al final……..mejor leedlo y veréis porque #NoQuieroHacerSpoilers. Y a la segunda simplemente os diré que hay muchas formas de decir cuanto se quiere a alguien, y que también es un cuento espectacular para ir a dormir.

Este es mi pequeño granito de arena que quiero aportar para que los niños y niñas se aficionen a leer y a los papás y mamás para  que se aficionen a leernos más. No se si lo conseguiré, solo os diré que leer es maravilloso y que te lean también.

Besitos y leed, leed, leed y volved a leer. (Frase adaptada del gran Luis Aragonés: «Ganar, ganar, ganar, y volver a ganar»).

La vida de Jordi: «El día de la marmota»

Supongo que muchos conoceréis qué es el día de la marmota. Para los y las que no lo conozcáis, es un día que se repite una y otra vez.

Seguro que os preguntáis el porqué de esto. Resulta que en la siesta me acompaña mi mamá y por las noches es mi papá el que me duerme. Mi cuento, o uno de mis cuentos favoritos, es «Los tres cerditos». Todas las noches le pido que me lo cuente, pero los dos nos hemos dado cuenta, que contándolo siempre igual se llega a hacer algo aburrido. Así que papá decidió, «cambiarlo» un poco introduciendo y cambiando cositas, haciéndolo más actual.

Por ejemplo, él me dice que ya no son tres cerditos si no que son dos cerditos y una cerdita ¿o es que no pueden tener una hermanita?. Pués si, tienen una hermanita, la mayor de los tres. Uno se llama Pau, el otro Jordi y ella Mari Flor. Los tres viven con su mamá pero llega el momento en el que les dice que se tienen que independizar y buscar un trabajo (real como la vida misma). Los tres se van y construyen sus propias casas cada uno. Pau hizo una de paja porque era algo «vaguete»,  Jordi la hizo de madera, y Mari Flor se lo curró un poco más, y la hizo de ladrillo, pero con instalación eléctrica, domótica (que no se que es), jardín, y cámaras de vigilancia porque corría el rumor de que había un lobo por allí.

El lobo era muy creído, y confiaba en sus posibilidades, pensando que tumbaría sus casas y los alcanzaría enseguida corriendo y se los comería. Lo que no sabía él es que los dos cerditos y su hermanita corrían todas las carreras populares que se celebraban por los alrededores. Eran «raners», o algo así les llama papá. Así que el lobo que no hacía deporte y no cuidaba su dieta no los pudo alcanzar. El lobo también era algo «cortito», y quería que le abrieran la puerta de casa dando la excusa de que era su vecino y que hacía tiempo que nadie vivía por allí y se aburría mucho y no tenía con quién jugar.

Esos son los cambios que ha hecho papá y siempre me sorprende con alguno nuevo. Todos sabéis como es el cuento, sabéis como se desarrolla y como acaba, solo es cuestión de imaginar un poco. ¿Verdad que les váis a decir a vuestros papás y mamás que lo hagan también?. Ánimo que yo ya estoy pensando cual será el próximo que «modificaremos» un poco.

Besitos y hasta mañana que volveré con dos canciones más en el #LunesLunero.

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