El hombre que habla en inglés

Que título más raro para una entrada en el blog ¿no?. Tranquilos que tiene una explicación, como casi todas las cosas.

Este post lo voy a escribir en primera persona y no a través de mi peque. Es tan bonito lo que ha pasado hoy, que no quería dejar pasar la ocasión de escribirlo para que el peque lo recuerde y vosotros que me seguís me deis vuestra opinión.

Muchos de vosotros y vosotras sabréis que voy a la escuela oficial de idiomas a estudiar inglés y que además por las tardes trabajo a media jornada como cartero.

Para poder practicar el listening (escuchar) de inglés, todos los días después de comer, más o menos sobre las 15:30, escucho y veo un programa de la BBC, en el que el presentador habla bastante rápido y eso me sirve para entrenar el oído. Pues bien, últimamente a Jordi le ha dado por tocar el tambor cuando lo estoy viendo. He hablado con él y he intentado hacerle entender que si hace ruido, no puedo entender lo que está diciendo el presentador. Él ha seguido haciendo ruido y yo he apagado la tele, porque no tenía sentido para mí seguir viendo algo de lo que no me estaba enterando.

Al apagar la tv, Jordi ha montado en cólera. Decía, o mejor dicho gritaba: «papi no apagues la tele que quiero ver al hombre que habla en inglés». Yo obviamente no iba a ponerlo por dos motivos: estaba a punto de irme a trabajar y el programa se había acabado. Jordi seguía llorando y gritando como si estuviese poseído por algún ser maligno.

Yo me iba a trabajar, y me daba mal rollo dejarlo en ese estado con Bea. Pero tenía que irme. No podía esperar. Había intentado calmarlo diciéndole que el programa se había acabado ya y hasta mañana no lo volvían a hacer. Ha sido inútil. Seguía como poseído pero esta vez gritaba: «no te vayas papi, no te vayas».

Le dije a Bea que me mandase un wassap diciéndome si al final se había calmado o si seguía en sus 13. Cuando salía con el coche dirección a mi primer pueblo de reparto, me ha llegado al wassap un vídeo de Jordi, en el que él mismo me decía que ya estaba tranquilo. Eso me tranquilizó a mí también (valga la redundancia).

Cuando he llegado del trabajo, estaba en la mesa con su mamá cenando. Mientras cenaba, Bea me ha dicho que ha hablado con él y que le ha dicho con sus palabras, que se había puesto así porque se sentía mal por no haberme dejado ver al hombre que habla en inglés. Esa es la primera lección que me ha dado. Con 3 años y se sentía mal porque no había dejado ver a papá algo que era importante para él. Pero ahora viene lo mejor. He hablado con él de nuevo y le he explicado que tenemos que trabajar para ganar dinero y que si no ganamos dinero, nos quedaríamos sin piso y tendríamos que vivir en la calle.

La respuesta que me ha dado me ha dejado helado, y ojo que solo tiene 3 años. Me ha dicho: «tranquilo papá, os puedo ayudar con lo que tengo en la hucha». Ahí nos hemos derrumbado los dos, y esa es la segunda lección que nos hemos llevado.

En definitiva, Jordi es un hijo de 10. Que, a veces tiene rabietas muy fuertes, si, pero que nos quiere con locura y nosotros a él. No se si lo estaremos haciendo bien, pero me gusta que a veces nos demuestre que tiene más conocimiento que nosotros.

Perdonad si esperabais un post escrito por él, pero espero que comprendáis que necesitaba escribir esto.

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Mi primer día de cole

Por fin, que ganas tenía ya de que llegase el 13 de Septiembre. Hoy ha sido mi primer día en el cole. Tenía muchas ganas y mucha curiosidad por ver quién era Eva, mi profesora.

De camino al cole iba con papá y mamá, y con mi super bolsita de paw patrol en la que llevaba el almuerzo: unos grisines (me encantan).
Hemos llegado y hacia la puerta venía una chica rubia con los ojos azules, que papá y mamá me han dicho que era Eva. Parecía simpática y muy amable, y no estaba equivocado.

Me llamó por mi nombre y me quedé flipado. Sabía mi nombre, que guay. Enseguida me acerqué a ella, me dió dos besotes y yo se los devolví. Estaba super emocionado. Creo que lo estaba tanto porque no lloré nada. Dí un beso a papá y a mamá, cogí de la mano a Eva y junto a 4 compis más (que alguno si que lloró), nos fuimos a la clase. Allí estuvimos conociéndonos, diciendo nuestros nombres y jugando hasta la hora de almorzar, en la que entraron 10 compañeros más (los del lunes y el martes).

Yo jugaba a todo. Estábamos en una mesa que éramos 5 y en el centro de la misma……..tachán, teníamos a un dibujo de un componente de la paw patrol. Mi favorito es Chase (por si no lo sabíais), pero el que teníamos era Rubble (el favorito de papá). Esto me desanimó un poco pero como era uno de nuestros tres favoritos, me alegré. Estuve jugando con utensilios de cocina, e incluso le hice un café a la profe.

Lamentablemente llegaron las 12:30 (hora en la que venían a recogerme). Cuando llegan los papis, Eva nos va llamando para que salgamos. A mi me llamó dos veces porque estaba acabando de recoger y no quería que se quedase nada tirado por ahí.

Salí vi a papá y mamá, les abracé, les dí un beso, les dije os quiero mucho, y les pregunté ¿cuando volvemos?

Estoy escribiendo esto y hoy es mi tercer día, y cada día que pasa, me gusta más ir al cole, Esperemos que no se tuerza la cosa y siga así siempre.

Besitos para vuestros peques, y si queréis les contáis mi historia por si así se sienten aliviados y le toman gusto al ir al cole.

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Mi papá os quiere decir………

Bueno, mi papá me ha estado comentando algo que le ronda la cabeza hace un par de meses, y creo que es mejor que os lo cuente él.

Hola a todos y todas. Como siempre he dicho, esto más que un blog es o nació como una especie de diario sobre mi peque Jordi. Los años ha ido pasando, y creo que el espíritu con el que nació (me refiero al blog), se ha perdido o se está perdiendo.

Posiblemente ha sido culpa mía, al ver que muchos compis blogueros, tenían muchos seguidores, lectores, unos blogs con temáticas específicas, etc. Digamos que me contagié, que me entró el gusanillo de ver cuanta gente seguiría a Jordi y sus aventurillas. Creo que ahí la cagué. Intenté hacer un podcast, pero, ¿de qué?. Con un blog sin temática definida, ¿para qué necesita un podcast?. Eso fué otro fracaso más.

Ha habido meses que he publicado más cosas en el #LunesLunero o en el #VDLN que sobre cosas del peque, y eso no me ha acabado gustando.

Creo, para acabar ya, que he querido acaparar más protagonismo que mi peque, que es el que debería tenerlo. Así pués he decidido poner punto y final (espero que esta vez sea la definitiva), a esta aventura bloguera.

Seguiré escribiendo pero, a partir de ahora será solo para él, para mí y para mamá.

Solo me queda pediros disculpas por mi decisión, espero que me entendáis, y también no quiero, mejor dicho, queremos despedirnos de todos/as vosotros/as que nos habéis seguido en esta andadura, sin desearos todo lo mejor y agradeceros vuestros comentarios que día a día habés estado haciendo.

Hasta siempre

Jordi y Papá

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La caja de los besos

Todos y todas tenemos nuestros momentos. Momentos en los que estamos super bien y momentos en los que no tanto.

Casi a punto de cumplir los 3 añacos, estoy en esa época que te pones sensible por cualquier cosa a la par que también a veces te trastornas por otras. Papá y mamá muchas veces no entienden el porqué de estos cambios de humor. Yo pienso que es normal que se sientan confundidos porque no venimos con un libro de instrucciones debajo del brazo (ni con un pan como dice mucha gente).

Todo esto viene a cuento porque hoy mamá me ha duchado y papá me ha puesto la cremita y el pijama. Siempre que papá me pone la cremita, me masajea las piernas y los brazos y me hace cosquillas, y como le digo literalmente: «Eso me mola». De hecho siempre quiero que sea él quién me ponga la crema hidratante. Pues bien, hoy antes de acostarme y contarme un cuento, le he dicho: «papá voy a darte un abrasito y un besito». A papá se le han iluminado los ojos, y yo le he dicho: «no te quites el besito ¿eh?». Papá me ha respondido lo siguiente: «No. No me lo voy a quitar, al contrario. Voy a guardármelo en la caja de besos que tengo». Yo no sabía que es eso, pero papá me lo ha explicado.

Yo a veces cuando me dan rabietas y me dan un beso, me paso la mano por la mejilla y digo: «ala, ya me he quitado el besito». Por esto papá me ha contado que tiene una caja para besos, y que justamente está donde el corazón. Me ha dicho que cada vez que le doy uno se los guarda ahí, y eso le ayuda a seguir. Entonces le he preguntado: «Papá, ¿yo también tengo una?». El me ha dicho que sí, y que está en el mismo sitio que la suya, pero en mi cuerpo (claro está).

Así que después de esto, he decido que todos los besos que me den, los guardaré en mi caja de besos, así cuando esté triste, o me de una rabieta echaré mano de ellos para sentirme mejor.

Y vosotros y vosotras, ¿también tenéis una caja de besos?. Ya me contaréis.

Besitos

caja de besos

 

IGUALDAD

Esta mañana he salido de paseo con papá porque así se queda mamá en casa estudiando tranquila, y yo me despejo un poco (y papá también claro está).

Sobre las 12 del mediodía hemos pasado por delante del Ayuntamiento, y he visto muchos chicos y chicas fuera con alguna pancarta. Le he preguntado a papá: «¿qué hacen?» (estoy en la época preguntona, que le vamos a hacer). Papá me ha contestado que hoy era el día internacional de la mujer. En principio no le he dado importancia, pero cuando estábamos llegando a casa, le he preguntado: «papá, ¿porqué estaban todos fuera del Ayuntamiento?¿Tenían fiesta por eso que me has dicho?». Él me ha contestado que no, que no era fiesta, que era una manera que tenían las mujeres de manifestarse, de exigir ser iguales que los hombres.

Ya en casa he seguido pensando, y me ha llamado la atención lo de «ser iguales que los hombres». Como eso no lo entendía le he preguntado a papá. Le he dicho: «Papá, ¿los chicos y las chicas no son iguales?». Él me ha dicho que sí, pero yo he pensado y le he dicho: «Tú no tienes tetitas como la mamá, y nosotros tenemos pilila y la mamá no. Entonces no somos iguales». Papá me ha dicho que eso eran diferencias físicas, nada más, el resto es igual tanto para unos como para otros, pero que hay personas que piensan que las mujeres no pueden hacer lo mismo que los hombres.

Entonces yo le he contestado: «sí que pueden». Y él me  ha dicho: «yo lo se, pero hay gente que no». Y yo le he contestado: «pues vamos a decirles que tú y mamá sabéis cambiarme el pañal, que los dos limpiáis casa, que los dos sabéis hacerme la comida, que los dos me dormís……..». Y él me ha contestado: «ójala fuese tan fácil, es más, debería ser tan fácil como decirlo y ya está».

Os dejo con la conclusión a la que hemos llegado papá y yo. La escribe papá ¿eh? que es el que sabe.

Conclusión: «Si pensáramos y razonáramos como lo hacen los niños, a todos nos iría muchísimo mejor. La pena es que no es así».

Jordi, Bea y yo, para finalizar queríamos, no felicitar a nadie, si no desear que algún día (esperemos que no muy lejano), el hombre y la mujer sean vistos y tratados de la misma manera.

Buenas noches y felices sueños

Si´, queremos igualdad

 

#retobloggers: Un buen día

1 de Marzo, día del #retobloggers. Un día entero sin poder publicar nada ni ver nada en las redes sociales. Cuando papá me lo contó pensé: «jajajajajaja ¿un día sin entrar ni publicar en redes sociales? jajajajaja». Estuve a punto de jugarme algo con él a que no lo conseguía. Menos mal que no lo hice, porque hubiese ganado él y a ver como le pago yo la apuesta.

La verdad es que papá no es de esos que está 24 horas pegado al pc, y pasa bastante tiempo conmigo. Realmente no lo notamos mucho, porque hicimos más o menos lo que solemos hacer. Por la mañana, mientras yo tomaba leche de la tetita de mamá, papá preparó el desayuno: pan tostado con york ellos, y yo con queso. Café para mamá y leche con cacao (no voy a decir cual por no hacer propaganda), para papá.

Después del desayuno, me fui a pasear con papá, para que mamá pudiese estudiar (que se está preparando una oposición, que dicen que lo del curro está muy muy mal). Cogimos la bici y nos fuimos a dar una vuelta por Gandia. No llegamos muy tarde porque había que hacer la comida, y yo como minichef tenía que ayudarle porque mamá después de comer se fué a pilates (no se que es pero se que llega muy cansada). Comimos una especie de fideuá de carne (fideos, pollo, tomate frito natural, zanahoria y puerro). Por la tarde hice la siesta, y cuando me desperté, merendé una fruta y nos fuimos a pasear. Papá se quedó estudiando porque el Jueves tuvo examen de inglés.

Al volver a casa papá hizo la cena y al terminar fue a dormir conmigo y disfrutamos de un par de cuentos que siempre me cuenta y que me encanta como lo hace. Me quedé dormido, y al despertar ya era el día siguiente, Jueves.

Así que reto superado, y esperando a ver si nos toca algún regalo de los que sortean por haber superado el reto. Y vosotros/as ¿lo superasteis?¿qué hicisteis?. Contádmelo ¿eh?

Besitos y hasta la próxima.

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«Leer, leer, leer y volver a leer»

Hace poco leí (bueno papá leyó) una noticia en la que decía que ha bajado el número de jóvenes que lee. Esto me entristeció mucho y no entendí el porqué.

He de confesaros que soy un adicto a la lectura. Si si, como lo oís, un adicto (aclaración: soy un adicto a que me lean). Me encanta que papá y mamá me lean cuentos. Como sabéis tengo dos años y medio y, obviamente aún no se leer (pero estoy en ello), y son mis papás los que me leen. He de decir que lo hacen con mucho gusto, y disfrutan viendo mi cara de atención y de «embobamiento permanente», cada vez que me leen.

Yo no soy ningún personaje famoso, ni mediático, ni importante (excepto para papá y mamá), ni quiero serlo, así que os hablaré de mi experiencia lectora.

Con dos añitos papá y mamá me hicieron el carné de la biblioteca, y desde que tengo uso de razón, recuerdo que mis dos primeros regalos fueron dos libros: «Adivina cuanto te quiero», y «la oruga glotona». Se que son libros que apenas tienen palabras, que casi todo son dibujos, pero ahí es donde está lo bueno. Ahí es cuando puedes imaginar, y puedes hacer que un cuento que tenga 6 hojas y apenas palabras, sea una aventura emocionante, al menos para mí.

Seguro que pensaréis algo como esto: «¿Qué tiene de emocionante una «oruga glotona»? o ¿Hay que adivinar cuanto se quiere a alguien?.

A la primera pregunta os diré que para mí es emocionante saber que en las hojas de los árboles hay huevecitos de orugas, que la luna y el sol les observan con mucha atención desde el cielo, que una oruga tan pequeña pueda comer tanta cosa, y que al final……..mejor leedlo y veréis porque #NoQuieroHacerSpoilers. Y a la segunda simplemente os diré que hay muchas formas de decir cuanto se quiere a alguien, y que también es un cuento espectacular para ir a dormir.

Este es mi pequeño granito de arena que quiero aportar para que los niños y niñas se aficionen a leer y a los papás y mamás para  que se aficionen a leernos más. No se si lo conseguiré, solo os diré que leer es maravilloso y que te lean también.

Besitos y leed, leed, leed y volved a leer. (Frase adaptada del gran Luis Aragonés: «Ganar, ganar, ganar, y volver a ganar»).

La vida de Jordi: «Viernes dando la nota #VDLN: LHR»

Perdonad que haya tardado en agregar el #VDLN pero es que hoy es el cumple de mamá y papá y yo hemos llevado una mañana estresante. Recoger los últimos regalos, preparar la comida, hacer la tarta……. un no parar.

Ya que es el cumple de mamá, vamos a dedicarle una canción que le encanta, y que a buen seguro cuando sepáis el porqué de ella, también os acabará gustando.

La canción se llama «La segunda oportunidad», y pertenece al grandísimo grupo de música indie, La Habitación Roja (el favorito de papá y mamá).

Una vez papá me contó que quiere muchísimo a mamá, y me dijo: «A veces me dice la gente si no me gustaría volver atrás en el tiempo, y rectificar o cambiar el pasado. A todos los que me lo preguntan les contesto lo mismo: no soy rico, no tengo lujos, vivo con lo justo, pero no cambiaría nada porque posiblemente si cambiase algo, podría ser que no hubiese conocido a mi chica. Y eso no lo querría bajo ningún concepto». Cada vez que pone esa canción, no puede evitar emocionarse, y se le saltan las lágrimas.

Sabiendo esto, os imaginaréis de que va la canción. Espero que os guste tanto como a mí y a papá y mamá.

Nos leemos en la próxima entrada que, supongo que será la de #LunesLunero, y a petición popular, la siguiente será el primer capítulo de «Cocinando con Jordi».

Bueno no me enrollo más. Os dejo con los chicos de La Habitación Roja».

La vida de Jordi: «Mi primera estancia en la bebeteca»

Después del susto que os dí en la última entrada (jijijiji), en esta os voy a contar como me fue mi primer día en la bebeteca.

Yo se que todos los que me seguís sois muy listos pero habrá gente que no sabrá que es la bebeteca. Habrá gente que pensará que es algo parecido a un bar o un pub, pero no. Si para los mayores existe la biblioteca, obviamente, para los bebés estará la bebeteca.

Aclarado esto el martes a las 11 de la mañana fuimos papá, mamá y yo, a la bebeteca. Estaba muy intrigado a ver que era eso. Si que había oído a mis papás hablar sobre que es muy importante leer, y que muchas veces cogen libros de un sitio llamado biblioteca.

Llegamos y entramos, y a parte de mí había unos 5 o 6 niños/as más. Un chico muy alto como mi papá y muy simpático nos dió la bienvenida. El chico se llamaba David y al sentarnos nos comentó un poco de que iría la sesión. Primero nos contaría un cuento, luego daría consejos a nuestros papás de qué tipo de libros son los adecuados para nosotros/as, y finalmente cantaríamos una canción y haríamos una manualidad sobre halloween.

Empezó cogiendo un instrumento musical, que tenía un nombre complicadíiiiiiiisimo, pero que sonaba muy bien. Me parece que se llamaba chalifón o algo así. Tenía unas láminas metálicas que golpeaba con unos martillitos y que hacían que sonara una melodía muy relajante. De hecho un poco más, y tiene que coger el mocho y fregar el suelo de las babas que cayeron por allí al oir esa embelesadora (no se que significa pero queda chula ¿a que sí?), música.

Acto seguido nos contó el cuento de la castañera, del que nos hizo partícipes, levantando las manos, llamando al gigante para que ayudara a la castañera a coger las castañas del árbol que estaban muy altas, etc. Estuvo muy entretenido, ya que no se oyó ni un solo llanto. Todos estabamos super atentos a todo lo que decía.

Acabado esto, nos enseñó que tipos de libros son adecuados para nuestra edad, y me llamó la atención uno que dijo que era resistente al agua. Dijo que podíamos bañarnos con él. Yo me quedé extrañado porque yo cuando me bañan quiero disfrutar del agua y de mi patito que me dió mi abuela. Ya leeré en otro momento. En general son libros grandes con muchos colores y con pocas palabras, ya que todavía no hablamos (aunque si que escribimos y este blog es el ejemplo jeje).

Finalmente cantamos una canción llamada «Bon día», que mis papás se están aprendiendo para cantármela por las mañanas al despertar. Ellos creen que me río porque me gusta la canción, pero realmente, y no se lo digáis a nadie (que quede entre nosotros/as), me río de lo ridiculetes que están cantándola. Ojo, no penseis que me río de ellos, no, todo lo contrario, me río con ellos.

Y ya para acabar, David nos enseñó a hacer una manualidad, que en mi caso es la primera. Fué un llavero con la cara de un tal Fronkistin o algo así, y que con la ayuda de mis papás conseguimos hacer. Yo poco pude hacer porque ni podía cortar, ni podía usar el pegamento, pero eso sí, apoyo moral para que les saliese chuli, les dí de sobra.

En conclusión, pasé una mañana genial, me parece que leer será algo maravilloso (estoy deseando poder hacerlo ya), y pasar una mañana haciendo esto con mis papás es lo más maravilloso del mundo. ¿Se puede pedir más?.

Besotes y abrazacos para todos/as, y os espero en mi próxima aventura/experiencia que espero que os guste tanto como las que ya he compartido con vosotros/as.

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